jueves, 11 de febrero de 2010

El sacerdote jesuita Jon Sobrino recibe el título de Doctor Honoris Causa de la Universitat de València


El sacerdote jesuita Jon Sobrino recibió ayer la comunicación de su nombramiento como Doctor Honoris Causa de la Universitat de València de manos del rector de esta entidad, Francisco Tomás, según informó hoy en un comunicado la institución académica.

El teólogo fue nombrado Doctor Honoris Causa por el Consejo de Gobierno de la Universitat de València el pasado 29 de septiembre. No obstante, por su delicado estado de salud no ha podido asistir a la solemne ceremonia con la que esta institución distingue a las personas que destacan por sus relevantes méritos académicos, precisó la entidad.

Sobrino cursó estudios de Teología en la universidad norteamericana de San Luis y de ingeniería en la Universidad de Frankfurt. Está considerado uno de los representantes más cualificados de la Teología de la Liberación.

En la propuesta de nombramiento, el rector de la Universitat de Valencia destacó cómo el teólogo jesuita "ha contribuido a desarrollar un espacio de reflexión social desde el principio ético de la parcialidad a favor de los pobres, de la esperanza y de la paz, que da que pensar, capacita para pensar y enseña a pensar".

En su estudio de la Universidad Centro Americana (UCA), Sobrino mantuvo una animada y profunda conversación con el rector durante la visita que le hizo para entregarle su distinción, señaló la institución académica, que apuntó que el contenido de este encuentro "bien podría haber servido como lección magistral en su investidura como Doctor Honoris Causa".

"Hay que comunicar que la bondad es posible, porque aunque sepamos que sólo con eso no se construye el mundo, sin la bondad y con egoísmo, adónde va el mundo" preguntó Sobrino. Asimismo, comentó que en El Salvador, "hablar de Jesús de Nazaret tiene un impacto social" y destacó que "por eso, se mató a miles de gentes". Recordó, en este sentido, las 75.000 víctimas de las matanzas del ejército y los paramilitares contra la población campesina y los propios jesuitas.

El sacerdote subrayó que aunque ha desaparecido la violencia militar, El Salvador sigue siendo el país de Latinoamérica con más homicidios por habitante. Indicó que un tercio de la población se ha visto obligada emigrar y que es una de las naciones de las que menos se habla, explicó la Universitat de València. "Sin embargo, hay en su gente raíces de humanización, que vienen de los mártires jesuitas", agregó.

Asimismo, Jon Sobrino bromeó con el rector sobre la llamada delantera eléctrica del Valencia CF de los años cuarenta (Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza) algo que le dio pie para reflexionar sobre el fútbol y los pobres del planeta, señaló la Universitat. "A un señor que juega al fútbol le pagan 94 millones de euros", dijo en alusión a alguno de los fichajes más conocidos de la liga española.

"Qué es pecado. Pecado es lo que da muerte y cuando leí en el Marca que en un partido entre el Madrid y el Lazio había 700 millones de euros en el campo, no pude evitar consultar un anuario de economía y comprobar que esa cantidad es el doble del presupuesto nacional de países como el Chad", comentó el sacerdote.

ELLACURÍA

Sobrino mostró al rector el jardín en el que asesinaron al también jesuita Ignacio Ellacuría (rector de la UCA) a otros cinco jesuitas y a dos trabajadoras de la universidad. Del trabajo de sus compañeros jesuitas asesinados dijo que queda el testimonio de que "la bondad fue posible", porque "lo malo es cuando se decide que no hay espacio para la bondad".

El sacerdote le regaló al rector su libro 'Fuera de los pobres no hay salvación', una obra cuya escritura le produjo "un gran desasosiego", explicó, según la institución académica. "Sigo desasosegado, pero sé que si no la hubiera escrito, hubiera sido peor", apuntó, al tiempo que dijo que "los jesuitas, a veces, no mentimos".

Durante la conversación con el rector de la Universitat de València, Sobrino se detuvo en la figura de Ignacio Ellacuría. Comentó que aunque va en aumento el reconocimiento al Ellacuría asesinado, hay también un Ellacuría olvidado para el que la tarea más difícil de nuestro tiempo es "revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra dirección", para sanar "una civilización gravemente enferma" y "evitar así un desenlace fatídico y fatal".

Jon Sobrino reflexionó también sobre el papel de la iglesia oficial y la jerarquía eclesiástica. "Jerarquía quiere decir poder sagrado, pero ese poder no se pone a producir para el bien; aquí en Latinoamérica, la Iglesia es una fuerza social muy buena, pero en España es un desastre", consideró el sacerdote. Abogó por "una auténtica conversión que le dé la vuelta al calcetín" porque "ahí está la esperanza", resaltó.

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